La instancia (cuartos de final) y la magnitud del oponente (el paupérrimo Jorge Wilstermann), en tanto elementos indispensables para deconstruir en términos históricos un partido de fútbol, no hubiesen alcanzado nunca para ubicar este match en la galería de las grandes noche coperas de River; sin embargo los sucesos de la semana anterior en Cochabamba terminaron por configurar un escenario atravesado por una tensión inquietante: el equipo de Marcelo Gallardo, Napoleón, pendulaba entre el papelón y la épica de la remontada.
River había protagonizado una suerte de ficción en Bolivia. Para usar una categoría cinematográfica, se trató de una comedia negra debido al encadenamiento improbable de casualidades que redundaron en una situación -casi- trágica: un 0-3 que ponía al borde del abismo no sólo el derrotero del Millonario en la Copa Libertadores 2017, sino que también ubicaba en una encrucijada el ciclo del entrenador, aunque sea en una dimensión latente.

Fue el propio Gallardo el que entendió la naturaleza de la situación. Apenas unas horas después de finalizado el traumático duelo en la altura boliviana, el DT afirmó que «enfrentaba el desafío más grande» de su carrera. El hombre que había devuelto a River al lugar más importante del fútbol sudamericano, el de los múltiples títulos internacionales, el de la audacia y el cálculo, el de las noche épicas…el Napoleón de Nuñez volvía a darle sentido a la cosmovisión riverplatense. Y los jugadores entendieron. Y la gente comprendió.
Entonces el Monumental fue un hervidero de pasión y de adrenalina y de fe que motorizó a propios y paralizó al rival. Y los jugadores de River fueron verdaderos gladiadores que encontraron un equilibrio perfecto entre pujanza y lucidez.
Gallardo había aportado el marco conceptual y el temperamento con el que había que afrontar la instancia; absorvió toda la presión desde el minuto cero luego del fiasco del partido de ida, y escogió con maestría nombres y sistema para la revancha. De esa manera logró que su equipo se libere para poder plasmar en el campo la diferencia teórica que separa a estos conjuntos, inclusive a pesar de la pesada desventaja.
Finalmente, Napoléon logró moldear otro hito más. El registro histórico de River ha recibido un nuevo expediente copero. Sin embargo, el hecho más importante de la noche parece ubicarse en una dimensión más ligada al corto plazo que a la historia. El blindaje emocional que consiguió el Millonario podría convertirse en ese plus que, inevitablemente, deben tener los equipos que aspiran a conseguir la gloria completa.
LA SÍNTESIS
River: Germán Lux; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola; Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Leonardo Ponzio, Ariel Rojas, Gonzalo Martínez; Ignacio Scocco y Carlos Auzqui. DT: Marcelo Gallardo.
Jorge Wilstermann: Raúl Olivares; Jorge Ortiz, Enrique Díaz, Alex Silva, Edward Zenteno, Juan Aponte; Christian Machado, Fernando Saucedo, Serginho; Rudy Cardozo y Gilbert Álvarez. DT: Roberto Mosquera. DT: Roberto Mosquera.
Goles en el primer tiempo: 8m, 13m y 19m Scocco (R); 36m Pérez (R). Goles en el segundo tiempo: 40seg y 12m Scocco (R), 8m Fernández (R); 22m Pérez (R).
Cambio en el primer tiempo: 15m Cristian Chávez por Aponte (W). Cambios en el segundo tiempo: al inicio, Mancilla por Díaz (W), 20m Maximiliano Bergese por Serginho (W), 25m Rafael Santos Borré por Scocco (R), 26m Milton Casco por Pérez (R), 32m Tomás Andrade por Auzqui (R).
Estadio: Antonio Vespucio Liberti (River).
Árbitro: Julio Bascuñán (Chile).