Pichetto es uno de los individuos disciplinados que conforman la columna vertebral del peronismo macrista. Aunque presente algunos matices con Macri, se ubica dentro del marco de las conductas y comportamientos deseados. Es parte del «peronismo» blanco que el Presidente necesita para conformar un sistema lo suficientemente amplio para legitimarse y para anunciar que todos aquellos que se ubiquen fuera de ese campo normativo, son “anormales”. Como los locos o los delincuentes condenados, serán ubicados, en el mejor de los casos, es espacios marginales de encierro sin posibilidad de participar entre los “normales”.  O pueden ser catalogados con otra etiqueta: la de enemigos de la sociedad.


ESCENA 1

Miguel Ángel Pichetto lidera una reunión en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, de la que participan un puñado de legisladores que habitan el heterogéneo y fragmentado universo peronista del Congreso nacional. La cita tiene la pretensión de convertirse en el hito fundacional  del “peronismo de centro nacional” que el senador rionegrino pregona, y opera, en el marco del proceso electoral 2019. Aislados en el lobby de un hotel, sin gobernadores, militancia organizada ni emergentes de la sociedad que otorguen volumen al encuentro, el grupo ofrece una conferencia de prensa y un documento en el que queda claro su naturaleza: aspiran a convertirse en los opositores de aquellos que ejercen una oposición activa, convencida y militante; proclaman, además, que expresan una supuesta demanda popular de “unidad”. Se trata, en el mejor de los casos, de un ejercicio de voluntarismo. En realidad, el cónclave es una escena loopeada de la historia moderna del peronismo (desde la renovación ochentosa) que sintetiza los atributos menos luminosos de la rosca: endogamia, miopía, aislamiento. Es un mensaje unidireccional que no tiene receptores más allá que los que viven del microclima de la superestructura política.

ESCENA 2

La jueza federal con competencia electoral Maria Romilda Servini interviene el partido Justicialista nacional, y designa como interventor al titular de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), Luis Barrionuevo. Los fundamentos de Servini son más políticos que jurídicos y responden al pedido de intervención realizado por un grupo de sindicalistas que responden políticamente a Barrionuevo. Se trata de una designación discrecional que no está sometida a una lista preestablecida ni a los viscosos sorteos del Poder Judicial. Según el analista Mario Wainfeld, “Su Señoría incurrió en una provocación mayúscula, viciada por la parcialidad. Una gracia concedida al integrante de una facción interna del PJ, a la sazón muy cercano al oficialismo nacional (…) Servini injiere de modo torpe en la interna del PJ, abusa de sus prerrogativas”.

ESCENA 3

En consonancia con la intervención judicial del PJ, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, protagoniza un raid mediático por los magazines de TV vespertinos que, entre chimento y chimento, abordan la complejidad política con las categorías de análisis con las que se juzga el talento artístico que brota en Bailando por un Sueño. Mariano Iúdica o Mariana Fabbiani son los lúcidos y perspicaces conductores que guían este tipo de publinotas a través de tópicos que van desde la “unidad del peronismo” al período de gestación de la esposa – objeto de Urtubey. No hay repreguntas ante cada respuesta y las entrevistas se desarrollan con fluidez entre la hiperbólica condescendencia de los panelistas.


Las tres escenas forman parte de un entramado que visiblemente está relacionado con el aparato del Estado pero que, sin embargo, se reviste de densidad ontológica cuando se analiza con el prisma foucaultiano que deconstruye la noción de poder. Desde ese paradigma es posible vislumbrar el trazo grueso que une las escenas y que conforma una microfísica del peronismo macrista, una construcción normativa con la que el presidente Mauricio Macri aspira a hegemonizar el sistema político nacional, y cuya condición de posibilidad es la eficacia de sus terminales de legitimación centrales (las más ligadas al Estado), pero especialmente de aquellas formas ubicadas en las extremidades, allí donde el poder “se hace capilar, se enviste en instituciones y toma cuerpo en técnicas; esto es, en el extremo menos jurídico de su ejercicio” 1.

En ese marco, la construcción simbólica y la creación de sentidos a través del tándem medios tradicionales – redes sociales, cumple una tarea de disciplinamiento fundamental porque el poder, en términos de Michel Foucault (en adelante Fucó), no se adquiere, se arranca o se pierde: es algo que circula y funciona en cadena y se ejerce a través de una organización reticular que no se aplica a los individuos, sino que transita a través de ellos 2.

CÓMO EJERCE EL PODER MACRI

Peronismo macristaEn la concepción de Fucó, el Estado y la ley son apenas las “formas terminales”  del poder y para una real comprensión de su dimensión es necesario descifrarlo en términos de enfrentamiento, de guerra, entendida como la manifestación de las relaciones de fuerza en estado puro. Y la microfísica del peronismo macrista, su construcción, es una forma posible de comprender cómo ejerce el poder el presidente  Macri porque desde allí emergen las relaciones de dominación en las que se asienta.

El caso de la intervención del PJ es un buen ejemplo para comenzar a introducir el concepto Lawfare, Guerra Jurídica, que ha comenzado a ocupar un lugar preponderante a la hora de analizar la geopolítica regional. El término describe un modo de guerra no convencional en el que la ley es usada como un medio para conseguir un objetivo. En los últimos años, que coinciden con el retroceso de gobiernos progresistas o de centroizquierda, este mecanismo ha sido utilizado de forma más o menos explícita por coaliciones catalogadas de “derecha” o “liberales” para desplegar su poder: en esta guerra se hace uso indebido de instrumentos jurídicos para fines de persecución política, destrucción de imagen pública e inhabilitación de un adversario político. Combina acciones aparentemente legales con una amplia cobertura de prensa para presionar al acusado y su entorno (incluidos familiares cercanos), de forma tal que sea más vulnerable a las acusaciones sin prueba.

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A la viciada intervención del PJ, la herramienta electoral del partido político más potente y representativo de la oposición, se suma el festival de detenciones preventivas de dirigentes opositores respaldadas en la opaca, en términos jurídicos, Doctrina Irurzun; y en los próximos días podría agregarse otro hito:  una reforma integral del Código Procesal Penal. Según explicó el periodista Horacio Verbitsky en el sitio Un cohete a la Luna, la reforma “procura concentrar poderes sin precedentes en la historia argentina, que podrán ser utilizados desde la Capital Federal en todo el país contra cualquier ciudadano que incomode al poder político, incluyendo adversarios electorales, gobernadores de la oposición, organizaciones sindicales o sociales que reclamen por sus derechos, pero también competidores económicos del presidente Maurizio Macrì y de sus parientes, socios, testaferros y amigos”.

Con estas variables a mano, es posible inferir relaciones de dominación y una estrategia: administrar, en forma subterránea, una herramienta  central en términos simbólicos y materiales en relación al proceso electoral 2019. Sin embargo, en términos de Fucó, estas expresiones aparentes de Lawfare se ubican en el centro de las formas reguladas y legítimas del poder. Pero desde acá es posible ir hacia las extremidades.

MICROFÍSICA DEL PERONISMO MACRISTA

Peronismo macrista

En un tiempo histórico caracterizado por el enorme volumen de información y la velocidad sideral con que esta circula a través de soportes digitales, parece difícil establecer parámetros estables y de aceptación mayoritaria para determinar la eficiencia, la eficacia y el anclaje filosófico / programático de los gobiernos. Es que en la era del Big Data y la Posverdad, los trolls y las fake news, la desinformación es el napalm con que se fumiga el campo virtual donde se libran las batallas simbólicas que determinan, entre otras cuestiones, la asignación de los recursos materiales y las relaciones de poder.

Quizás pocos tengan conciencia de esa realidad irrefutable, pero de todas maneras la inmensa mayoría habita ese campo: probablemente ninguno de los que estén leyendo este artículo no disponga de una cuenta en Facebook, Instagram o Twitter.

Pichetto alta traición

¿Cuántos de ustedes protagonizaron discusiones en mesas familiares y/o de amigues y, para defender su postura, apelaron al teléfono celular y mostraron una noticia que apareció en el timeline de su red social? ¿Y cuántos de ustedes luego se enteraron que se trataba de una noticia falsa, o tergiversada o que fue desmentida rotundamente? Pues bien: ese es el algoritmo social del que se sirven muchos gobiernos y/o actores políticos para construir su legitimidad. O al menos para intentar sostenerla.

Microfísica del Peronismo macrista Off Topic Periodismo Transmedia

En julio de 2016, el Gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial la resolución que difunde el “Convenio marco de cooperación” entre la ANSES y la secretaría de Comunicación Pública, por el que el Ejecutivo tendrá acceso a la base de información más completa del país: más de 32 millones de personas  de las que figura nombre, apellido, dirección, DNI y correo electrónico, entre otros datos.

En marzo de este año, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sumó a su órbita nuevos recursos para medir y controlar la opinión pública: creó la Unidad de Opinión Pública para “monitorear” la gestión del Gobierno y “recabar información” de los ciudadanos. De manera llamativa, el organismo será disuelto después de las elecciones presidenciales del año que viene. Entre sus funciones se destaca la de «coordinar la implementación de los estudios de opinión pública que se lleven a cabo en la Administración Pública Nacional y asistir y asesorar en la materia a los ministerios y organismos que lo requieran», además de «generar información cuantitativa que facilite el diagnóstico de situación y posterior implementación de medidas del gobierno nacional». El organismo podría centralizar todas las encuestas y focus groups, tan habituales de la gestión de Cambiemos.

También en marzo de este año, Amnistía Internacional denunció el funcionamiento, en las redes sociales, de las agresiones a la libertad de expresión de periodistas y defensores de derechos humanos en la Argentina. La organización destacó que esta acción coordinada se despliega desde cuentas identificadas con el gobierno de Cambiemos.

PANÓPTICO, INTRATABLES Y FACEBOOK

En la concepción de la comunicación como herramienta estratégica y en la certeza sobre su poder omnipresente para la construcción capilar de poder, radica la verdadera capacidad normativa del presidente Macri y de la alianza Cambiemos. Desde esa matriz desarrolla una guerra cultural cotidiana por la disputa de los sentidos: la televisión y la radio y los diarios (con los que mantiene una alianza estratégica que se sustenta en la confluencia de objetivos de clase), pero especialmente las redes sociales y Google (donde ubica cientos de millones de pesos en publicidad) son el campo de batalla donde se define el poder.

La intervención del PJ a través de la dupla Servini – Barrionuevo, Pichetto en Gualeguachú y Urtubey en los set de televisión de los medios dominantes, están cohesionados por un hilo conceptual que los sujeta al polo de poder reticular que Macri, a través de un aparato comunicacional que es a la vez potente y evidente, pero también subterráneo, despliega las 24 horas del día los siete días de la semana.

Esa sujeción es también la condición de posibilidad de cada uno de ellos: ni Barrionuevo para permanecer en el PJ, ni Pichetto para evitar la jubilación, ni Urtubey para ser candidato a Presidente pueden prescindir de esa red. Mucho menos intentar desbaratarla o denunciarla.

Ese es el poder normativo que utiliza Macri. A través de la gerencia institucional y del despliegue comunicacional, tiene la capacidad de establecer los límites que separan lo normal de lo que no lo es, lo deseado de lo indeseado. Ese aparato de normalización no es unidimensional: no sólo opera sobre los actores que conforman los sistemas políticos; por el contrario, la influencia que ejerce sobre los ciudadanos afectados por esa red es una pistola en la sien de la democracia. ¿Cuántos ciudadanos tienen la capacidad crítica de prescindir de semejante despliegue de técnicas, tácticas y estrategias destinadas a operar en la dimensión de sus deseos, aspiraciones, miedos y necesidades? ¿Cuántos dirigentes políticos tienen la decisión o están capacitados para ubicarse en un lugar verdaderamente opuesto o al menos equidistante de ese poder?

“Constituir individuos normales, que hayan interiorizado determinadas normas y que configuren, adecuen, ajusten sus conductas, sus comportamientos de acuerdo a esas normas, es el objetivo de la disciplina. Un individuo disciplinado es aquel que ha incorporado e integrado determinadas normas a través de la relación específica con el maestro, el médico, el capataz, el juez, etc. Un individuo normalizado es un individuo útil, productivo, económicamente rentable” 3.

Barrionuevo, Pichetto y Urtubey, entonces, son los individuos disciplinados que conforman la columna vertebral del peronismo macrista. Aunque presenten algunos matices con Macri, se ubican adentro del marco de las conductas y comportamientos deseados. Son parte del peronismo blanco que el Presidente necesita para conformar un sistema lo suficientemente amplio para legitimarse y para anunciar que todos aquellos que se ubiquen fuera de ese campo normativo, son “anormales”. Como los locos o los delincuentes condenados, serán ubicados, en el mejor de los casos, es espacios marginales de encierro sin posibilidad de participar entre los “normales”.  O pueden ser catalogados con otra etiqueta: la de enemigos de la sociedad.

LA TRAMPA DE LA VISIBILIDAD, RECARGADA

Facebook está envuelto en un escándalo desde que tomó estado público la mayor filtración de datos de la historia: la empresa Cambridge Analytica habría empleado información de 50 millones de usuarios de la red sin permiso, para generar anuncios políticos dirigidos para favorecer la campaña presidencial de Trump así como para el Brexit del Reino Unido. Las cifras en torno al escándalo dan cuenta del poder y peligro apocalípticos que circulan en redes sociales.

Por eso es que Macri y Cambiemos fundamentan allí su poder reticular: es la “trampa de la visibilidad” que otorgaba densidad al Panóptico como la utopía de la sociedad moderna realizada, la que se potencia en pleno siglo XXI para describir ontológicamente a la comunidad global, aunque en un sentido más gaseoso.

El mayor efecto del Panóptico es crear en el individuo un estado consciente y permanente de visibilidad. El principio de Jeremías Bentham que retomó Fucó es claro: el poder debía ser visible e inverificable, lo que otorgaba al Panóptico un carácter polivalente en sus aplicaciones. Hoy ese atributo está multiplicado exponencialmente con las tecnologías de Información y de la Comunicación (TIC), fundamentalmente porque el “estado consciente y permanente de visibilidad” es más relativo, pero no por eso se reduce la eficacia de las coacciones del poder.

peronismo macrista
Arte: Gonzalo Santos.

¿Realmente existe una consciencia lo suficientemente desplegada de que estamos siendo vigilados continuamente por los Estados, las marcas, los servicios de inteligencia? No importa, porque la eficacia del poder para normalizar a los ciudadanos es aún más grande. El poder circula por las redes: los paradigmas culturales deseables, los parámetros de éxito social, la pertenencia, los productos aspiracionales…la industria cultural se encarga de sedimentar todo eso a través de Facebook, Instagram, Snapchat, Google. Los teléfonos celulares son herramientas de dominación. Cada vez que aceptamos los términos y condiciones de alguna aplicación, estamos  asociando a nuestra vida a alguna empresa.

Explica Sean Parker, cocreador de Facebook: «El razonamiento que condujo a construir estas aplicaciones, de las cuales Facebook es la primera, se trató de ver cómo logramos consumir la mayor cantidad de tu tiempo y atención consciente que sea posible. Y eso significa que tenemos que darte algo así como un toquecito de dopamina cada tanto, porque a alguien le dio ‘me gusta’ o comentó una foto o una publicación o lo que sea, y eso hará que aportes más contenido, y eso hará que recibas más ‘me gusta´ o comentarios… es un circuito cerrado de retroalimentación de validación social».

Por eso, entonces, la base de datos del ANSES y la Unidad de Big Data en la órbita de Marcos Peña. Por eso los productos como Urtubey, el joven de la esposa – objeto y de los buenos modales listo para salir al mercado de los presidenciables. Por eso, también, el artículo 30 de la inminente reforma del Código Procesal Penal agrega a la Primera Parte del Código Vigente todo un Título sobre Técnicas Especiales de Investigación, que legaliza la utilización de herramientas de espionaje que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich adquirió a proveedores israelíes, como el software Pegasus, que ya fue usado en México no para combatir el delito sino para espiar a periodistas, ONGs, abogados de derechos humanos, opositores políticos y también organismos defensores del consumidor que investigaban productos de compañías multinacionales de refrescos y la institución Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, según consigna Verbitsky en El cohete a la Luna.

Agrega Vervitsky que “la vigilancia acústica autorizada incluye la escucha y grabación no ostensible ‘de las conversaciones privadas del imputado’ en cualquier lado que esté y el acceso en forma no ostensible al contenido de las comunicaciones del imputado ‘a través de la intervención de las terminales o de los medios de comunicación que utiliza’; o de un software que penetre el contenido de ordenadores, sistemas informáticos, bases de datos, y medios de seguimiento y localización.

Ante esta coyuntura: ¿es el fin de la historia? ¿El pesimismo ontológico que expresa la serie Black Mirror “está acá, es ahora”? Uno de los postulados más importantes de Fucó en torno al poder es que donde hay poder hay resistencia: los puntos de resistencia están presentes en todas partes dentro de la red de poder, como un elemento enfrentador y rigurosamente contemporáneo del poder al que se opone. Por esa razón, no es posible pensar el poder sin escapatoria” 4.

MICROFÍSICA DEL PERONISMO MACRISTA >> ¿Qué es la microfísica del peronismo macrista? Una construcción normativa con la que el presidente Mauricio Macri aspira a hegemonizar el sistema político nacional, y cuya condición de posibilidad es la eficacia de sus terminales de legitimación centrales (las más ligadas al Estado), pero especialmente de aquellas formas ubicadas en las terminaciones, allí donde el poder “se hace capilar, se enviste en instituciones y toma cuerpo en técnicas; esto es, en el extremo menos jurídico de su ejercicio” ● En ese marco, la construcción simbólica y la creación de sentidos a través del tándem medios tradicionales – redes sociales, cumple una tarea de disciplinamiento fundamental porque el poder, en términos de Michel Foucault (en adelante Fucó), no se adquiere, se arranca o se pierde: es algo que circula y funciona en cadena y se ejerce a través de una organización reticular que no se aplica a los individuos, sino que transita a través de ellos ● ARTÍCULO COMPLETO > LINK EN LA BIO ● #culturapolitica #rionegro #peronismo #cambiemos #pichetto #urtubey #periodismotransmedia #macri #mmlpqtp #mauriciomacri #politica #transmedia #viedma #citylimitless #artofvisuals #visualoflife #justgoshoot #transmedia #exploretocreate #createcommune #photographyislife #photoart #photoday #city_explore #macrigato #noticias #peronismomacrista #foucault

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  1. Sergio Emiliozzi, Michel Foucault: una aproximación en torno al concepto de poder
  2. Sergio Emiliozzi, Michel Foucault: una aproximación en torno al concepto de poder
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