En la última sesión del año, los concejales radicales de Cambiemos y los pichettistas voltearon el proyecto de ordenanza para declarar la emergencia alimentaria en Viedma. Leandro Massaccesi, Genoveva Molinari, Paola Casadei (UCR-Cambiemos), Alberto Francioni y Silbana Cullumilla (responden al senador Miguel Ángel Pichetto) levantaron las manos para impedir un gesto institucional frente a una realidad que afecta a sectores vulnerables de la capital provincial: la comida no está garantizada en sus mesas.
La proliferación de merenderos en Viedma da cuenta de las dificultades que afrontan muchas familias a la hora de cubrir la canasta básica alimentaria.
Según el índice de precios que elabora el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), la inflación de noviembre en Viedma fue del 2% (en octubre había sido 10,17%). El mismo estudio reflejó que el costo de vida de un adulto equivalente para no ser indigente exige una canasta básica alimentaria de $4.550; y la familia tipo debió gastar $15.149.
La canasta básica total que incluye bienes no alimentarios y servicios, muestra que un adulto masculino de clase media, debió contar en noviembre con $13.993 para superar el nivel de pobreza. Si tenemos en cuenta una familia tipo de cuatro integrantes de clase media, el nivel de ingresos necesarios para superar la línea de pobreza fue de $46.176 para noviembre.
informe_inflacion_supermercados_rio_negro_diciembre_2018_completoDatos duros que mezclan con otro: en el segundo trimestre de 2018, la desocupación en la Comarca Viedma-Patagones se triplicó según la encuesta laboral que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Se trata de casi 2.000 personas sin trabajo de unas 37.900 económicamente activa. Esta tasa de desocupación es la más alta en los últimos siete años.
El arco oficialista del Concejo Deliberante salió a defender la negativa. Los ediles que responden al presidente Mauricio Macri esgrimieron argumentos políticos e intentaron invisibilizar una problemática creciente en la capital provincial, que es producto de las políticas públicas y las decisiones económicas que lleva adelante el espacio político al que pertenecen. Resulta llamativo que estos dirigentes, que desde hace al menos siete años toman las decisiones institucionales en la ciudad, no ofrezcan respuestas efectivas y sólo puedan balbucear diatribas de tinte electoral.
En ese sentido, resultó llamativo un argumento utilizado por la concejala Molinari. En el marco de una entrevista radial en la que defendía la posición de los ediles del intendente José Luis Foulkes, subrayó como un logro de gestión «un aumento en los subsidios para que los vecinos puedan pagar la luz.» ¿¡¡Que!!? Sí, eso: Molinari celebra que los viedmenses tengan que acceder a un subsidio para intentar pagar las boletas de un servicio básico como la energía eléctrica; un servicio que se hace impagable por las decisiones que tomó el gobierno al que Molinari pertenece.
Esa es la síntesis: una mezcla de impericia, miopía ideológica y soberbia que impide el desarrollo de la capital provincial. La verdad es que Viedma merece más.
ANTE LA AUSENCIA DEL ESTADO, LOS VECINOS
Suele pasar: si el gobierno (en este caso el municipio) no ofrece respuestas a las necesidades, son los propios ciudadanos los que toman decisiones, se organizan y fuerzan soluciones. Un grupo de emprendedores locales, empáticos y conscientes, organizan una colecta